En un pueblo fronterizo entre España y Portugal, los habitantes viven con dos husos horarios, dos idiomas y dos nacionalidades. A pesar de estas diferencias, se identifican como uno solo. La peculiaridad de este pueblo radica en su capacidad para convivir armoniosamente a pesar de las divisiones políticas y culturales. La resolución del título es que, a pesar de las diferencias, los habitantes de este pueblo fronterizo han logrado unirse como una sola comunidad, demostrando que la convivencia pacífica y la cooperación pueden superar las barreras impuestas por las fronteras nacionales.